LA ESCRITURA ACADÉMICA
El
universo del discurso académico está conformado por diversos géneros o
“familias” de textos (la tesina, la tesis, el examen, el informe de investigación,
la reseña, la ponencia, el artículo científico, entre otros) que comparten
ciertas características generales aunque se diferencian entre sí por sus
condiciones de producción y circulación. Se trata de un discurso especializado,
es decir, un discurso que se define por su finalidad específica: producir y
difundir el conocimiento científico, y por su inscripción en una esfera de la
actividad humana que se desarrolla en ámbitos particulares tales como
universidades, institutos de investigación científica y academias. El lenguaje
de este discurso especializado -a diferencia del lenguaje “general” que
empleamos en la comunicación cotidiana- tiene, más allá de las variantes que se
advierten en los distintos campos disciplinares, un conjunto de rasgos comunes
de vocabulario, sintaxis y gramática que configuran un estilo propio cuyas
cualidades principales son la precisión, la concisión, la claridad y una
tendencia a la neutralidad e impersonalidad.
Los
géneros académicos satisfacen distintas finalidades intelectuales y
comunicativas y corresponden a diferentes instancias de las prácticas
académicas. La tesis, por ejemplo, es un escrito que se elabora como resultado
de una tarea de investigación muy especializada, que habitualmente insume
varios años de trabajo y corona la culminación de los estudios superiores con
el título más alto que otorga la universidad: el doctorado. La producción de
una monografía, en cambio, constituye un ejercicio cuyo objetivo es iniciar al
estudiante en la tarea de investigación, que requiere el entrenamiento en la
búsqueda, recolección, evaluación, selección y organización de material
bibliográfico pertinente y el afianzamiento de destrezas de escritura propias
del discurso académico.
Las
guías que presentamos en esta sección proponen una descripción de distintos
géneros académicos, caracterizados a partir de los aspectos siguientes: (a) su
función comunicativa; (b) el tipo de organización textual que la caracteriza
(narración, descripción, explicación o argumentación); (c) los segmentos o
componentes que integran su estructura, es decir, su formato y (d) su
estilo verbal.
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